Abriendo y preñando a la putita de la vecina que ya la tenía cerrada por la falta de verga.

El marido de la vecina se fue de mojado ya hace más de cuatro de meses y dejó solito a un culazo de mujer que estaba tan chula que sólo era cuestión de tiempo para que un vato se chingara esas hermosas nalgas y me dije a mí mismo que ese vato tenía que ser yo. Así que comencé a frecuentarla y la dejaba ver mi vergota que se ponía bien tiesa y ella nomás se ponía roja de lo caliente que estaba pero no me decía nada, así que empecé a repégarselo en su colita mientras ella paraba la colita para sentir como palpitaba mi chilote en la puerta de su rajita hasta que se mojó tanto que finalmente se abrió de patas.