Chingada madre pero qué chichotas tiene esta vieja!

Como su “tesorito” es todo un desmadre en el salón de clases, mandé llamar a la señora para hablar seriamente con ella. Pero en cuanto la vi cruzar la puerta del salón de clases pude adivinar porque la hija había salido como había salido. La señora se apareció vistiendo una faldita que dejaba ver sus piernas deliciosas y que cuando se inclinaba mostraba el nacimiento de su culote, tenía una blusa escotada que poquito faltaba para que se le escaparan las tetas cuando diera el botonazo por la presión de tremendos melones. Enseguida se dio cuenta que me quedaba viendo sus chichotas y me dijo “maestro, ¿qué le parece si mejor “conversamos” en privado, no hay nadie en casa”.