De gritar “me duele, mi amor, ya no” pasó a gemir “más fuerte papi, más duro”

Me tomó un chingo convencer a la morra de que se dejara romper el culo. Pero cuando le dije que iba a buscar a otra vieja que sí me lo diera, vino de rodillas a rogarme que le picara la cola con mi chilote. Como la putita me hizo sufrir todo el tiempo que dijo que no, no tuve piedad con su trasero. Sólo le puse un poco de lubricante y ¡zas! que le dejó ir toda la reata de un empujón. Gritó y chilló que se lo sacara, pero la apreté para que no se zafara y comencé a serrucharla mientras le dedeaba la pepa. Poco a poco comenzó a mojarse y ahí le salió lo puta, gemía pidiendo más verga, rogaba que le rompiera el culo y se lo preñara. Se chorreó del placer y apretó mi verga chingón haciendo que me corra dentro de ella.