El marido morboseand a su vieja siendo penetrada bestialmente por un toro ponedor

Se pasó de verga mi vieja, neta que ahora sí me dejó todo madreado. Con su carita de ángel, su actitud de niña inocente que no rompe un plato, jamás hubiera podido hacerme la imagen de ella mamándole la reata a un wey que neta que es bien malandro, tan cabrón que no tuvo pedos en grabarla mientras le comía el chile y que, para burlarse de mí, me lo mandó a mi cel nomás para humillarme y burlarse. Neta que cuando la vi embarrarse los mecos de ese vato en esas hermosas tetas morenas en las que tantas había yo dormido y que me había obsesionado en chupárselas casi a diario, sentí que me rompía bien culero el corazón.