No hay mujeres feas sino maridos pobres, la neta. Yo invierto un chingo en mis placeres y, como no tengo placer mayor que meterle la reata a mi vieja, gasto mi dinero en dejarla bien buenota y tenerla contenta para que sea toda una putita salvaje en mi cama. Como gasto mi dinero en lencería y en juguetes sexuales para que nos deslechemos en la cama, en lugar de gastarlo en chupe con mis cuates, mi vieja está contenta todo el tiempo y dispuesta a parar la cola para que le meta el chile a cualquier hora, todos los días. Incluso ha aceptado participar en tríos, porque una vieja a la que tratas como reina en la calle, y como puta en la cama, hará lo que sea para conservar a su hombre a su lado.