Gorda zorra y puta de la vecina recibe mi pene

Todo empezó hace unos cuantos meses cuando mi vecina fue a mi casa para pedirme si le podía dar un poco de azúcar. Supongo que esa es la vieja confiable para las maduritas hambrientas de verga. De cualquier modo, la muy puta no tardó en mostrarme sus verdaderas intenciones al subirse su blusa y mostrarme unos pechos que a pesar de que son los de una mujer madura, la forma de sus pezones me sedujo. La llevé enseguida y seguramente le di la cogida que su esposo no le puede dar, ya que cada semana cuando su marido se va al trabajo va a verme por azúcar pero yo le termino dando leche caliente en su cara.

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