Le metí tan duro la verga por el culo que casi se desmaya

La neta mi morra está pendejita por mí y me complace en todos mis deseos sexuales, aceptando experimentar todas mis perversiones, regalándome las más ricas corridas que he largado alguna vez en el chocho de una vieja. Pero ahora tenía metida esta idea de zamparle el palo a mi vieja en la puerta de atrás. Como de costumbre, mi chava aceptó obediente a mis instrucciones y se puso frente al espejo, porque quería ver su rostro mientras la penetraba, y paró la cola. Me excitó cabrón verla tan sumisa y no pude aguantar la bestia que hay en mí y le dejé ir el chilote todo entero de un solo empujón. Pegó el gritó, sentí cómo todo su cuerpo tembló, pero aguantó chingón y, cuando empecé a dedearle el chocho, comenzó a gemir de placer.