Sara Jay es una guera preciosa, pero no solo eso ya que además al ser propietaria de un edificio de apartamentos pues los renta y de ahí también obtiene buena lana, pero estos vatos no conseguían el dinero para rentar y ella les hizo una rebaja, siempre que pagaran a tiempo, fue un gesto bien pinche noble por parte de Sarita, ellos estaban tan agradecidos que le hicieron llegar su afecto y cariño sacando sus vergas negras y gordas para que ella gritara de placer, su sonrisa y esa expresión de placer y felicidad vale más que mil palabras, nuestra Sara estaba contenta de chingar con sus nuevos inquilinos quienes no se detuvieron hasta darle las gracias con mecos en la cara.