Se deja culear por su primo mamado que la atraviesa sin piedad

En toda la colonia corrían los rumores de que mi primita era una golfita adicta a la verga y que ya había pasado por varios cuates de mi banda. Así que empecé a hablarle bonito a la prima, decirle las tetas tan bonitas que tenía, que caminaba bien sabroso meneando su colita paradita y cosas por el estilo. Ella reía y cruzaba las piernas, como para restregarse la panocha caliente. Un día fui un paso más allá y cuando ella me preguntó si neta me parecía tan bonita, yo le contesté “claro que sí, mira que duro me tienes”, mientras sacaba mi verga que estaba dura como piedra y ya estaba chorreando baba de lo excitado que estaba. Ahí, la putita ya no pudo controlarse y desde entonces cogemos como locos cuando podemos.